El impacto del COVID-19 en el mercado agroalimentario ha generado una ruptura en la cadena alimentaria, tanto en el orden del suministro como a nivel de la demanda. La subida del precio de las verduras y las frutas, las dificultades de logística y distribución de los alimentos, la dinámica de comercialización a través de supermercados, ferias y comercios de proximidad, el consumo de ciertos alimentos para combatir el virus y hasta la propia forma de trabajo en el campo se han visto alteradas por esta pandemia.
En el comienzo de la pandemia las compras compulsivas instalaron la imagen en los informativos de falta de ciertos alimentos en los locales. Los grandes supermercados especularon con esta situación y subieron los precios de varios productos, perjudicando a la población en su conjunto.
Pero también generaron serios perjuicios a los pequeños y medianos comercios, ya que ante la inminente medida de confinamiento las grandes cadenas comerciales tuvieron la posibilidad de almacenar en sus cámaras una gran cantidad de alimentos, asegurando stock y precios competitivos a los consumidores, dos ítems que no estuvieron al alcance de los comercios de proximidad dado su espacio reducido.
Apoyo comunitario
En un año marcado por la pandemia, el abastecimiento de ciertos alimentos ha sido complicado, pero los productores han garantizado que no falten frutas y hortalizas en las mesas de los europeos. Con el objetivo de poner en valor el esfuerzo realizado por estos profesionales, y promocionar el consumo, FruitVegetablesEUROPE (EUCOFEL), el consorcio que aglutina a más de 4.500 empresas, lanza la acción CuTE-4You: Cultivating the Taste of Europe for You, con apoyo financiero comunitario.
Por último, cabe destacar que las ventas de frutas y verduras se han mantenido gracias al consumo de los hogares, pero el cierre masivo de bares, restaurantes y hoteles supone una gran pérdida de ventas para el sector.
Como conclusión, los datos de exportaciones de fruta y verdura son positivos en el corto plazo. Los productores de frutas y verduras trabajan duro para mantener la calidad y nivel de sus exportaciones. La demanda parece acompañar. Pero los desafíos logísticos, la incertidumbre de cuándo reabrirá el canal horeca y medidas drásticas en ciertos mercados, hace que en el medio plazo las exportaciones de frutas y verduras se vean amenazadas.